La pasión por el correr. Y la pasión derriba obstáculos.
Cuando los números dejan de ser cuantitativos y pasan a ser cualitativos. La fiesta del 20 aniversario del Club Atletisme L’Aire no solo fue un homenaje a dos décadas de andadura; fue un encuentro emotivo de amigos donde los recuerdos desdibujaron el camino del paso del tiempo para delinear, sin titubeos, un rico tapiz de sentimientos, que se percibían con tanta nitidez que costaba imaginar que ya habían transcurrido 20 años.
Me suele cansar, y a veces disgustar, cuando afloran lágrimas en los actos de conmemoración. Sin embargo, esta vez, las palabras del presidente del Club, Toni García, cuando recordaba los esfuerzos de aquella abuela por calzar las primeras bambas a su nieto, tocaron lo más profundo de mi corazón. No solo porque todo esfuerzo me causa un sumo respeto, sino porque aquella abuela simboliza la esencia del Club: la pasión por el correr. Y la pasión derriba obstáculos.
Suelo contar, quizás por una mala costumbre adquirida, cuánta gente va a los actos. Asocio que a mayor número de asistentes, mayor exitoso es el evento. Miro el servicio de los anfitriones. Me fijo en el ágape servido. También observo atentamente si hay sorteo de regalos y la calidad de los presentes. Por todo esto, sería de una miopía extrema no admitir el exitazo de la fiesta del vigésimo aniversario del Club.
Sin embargo, como he dicho al inicio, los números en el Club Atletisme L’Aire son cualitativos. Los números de los carriles se desdibujan para diseñar una pista confortable, única, sin parangón, llena de entrañables y extraordinarios corredores.
Gracias por dejarme estar en este Club, al que pertenezco desde hace pocos meses. Muchas felicidades, no solo por los 20 años sino por la calidad deportiva durante estas dos décadas.
M.R.R.